Un sonido exquisito
es el de la revolución,
el que inicia en el centro
de cualquier corazón.
Un pincel sostenido
por la mano de un escritor
y la noche provocativa
al vaivén del amor.
Es cuestión de uno mismo,
una fotografía a color,
sin esperar que del cielo
nos llueva la solución.
Para qué molestar a tus dioses,
para qué molestar a tus dios,
tu grandeza es tan grande
como grande es tu emoción,
sueña y lucha sin mancha,
guarda en el fondo toda inacción,
cuida el paso del niño
que aún late alejado de la involución.
Limpia tu cara y tu llanto,
que aún respiras azul,
no tengas miedo, no tanto,
y empieza el cambio en tu interior.
No es cuestión de suerte,
no es cuestión de azar,
que lo seguro es la muerte
para recomenzar…
Y el alivio vendrá
para todo dolor,
no es injusta la vida
si aún te late la voz,
si aún se mueven tus pies,
si aún recuerdas el canto
de una nana bonita y te brota ilusión.
No te canses de todo
sin antes resistir,
a ser sólo una especie de humano
que se olvidó de vivir.
Amor se llama siempre
la solución a la herida,
no es posible que el día
se recuerde sin irse el sol
y en la noche infinita
brindarás tu calor
a otra risa bonita
que te haga sentir mejor.
©Messieral | messieral.com
Ciudad de Guatemala 17/08/2016