Yo me quise hacer verdad sobre tu piel
y alimentarme con el agua clara de tu interior,
quise ser uno mismo con tu encanto emocional
y el secreto más secreto de tu sueño.
De dónde vino el pecado de vernos marchar,
a dónde irá tanto anhelo;
por qué cuando te desnudas no puedo dudar
pero si te acercas el mal nos inunda.
Por qué cuando pregunto me quieres buscar
pero si me alejo luces moribunda.
De dónde vino el pecado de dejarnos de amar,
de dónde las letras de este verso frugal.
Yo me quise hacer verdad sobre tu piel
y alimentarme del exceso de belleza en tu rincón,
quise ser uno mismo con tu encanto sensual
y el secreto más discreto de tus besos.
De dónde vino el pecado de vernos marchar,
a dónde irá tanto sueño…
Nueva Guatemala de la Asunción 2 de octubre de 2,020
MESSIERAL