Lo repito todo el tiempo,
al vacío, a la lluvia y los caminos,
tú y yo somos inevitables como el pecado mismo.
Hay amores que siempre serán posibles
sin importar las circunstancias o principios;
la única crueldad tangible es el aburrimiento en los sentidos
que tanto precisan de alimentarse siempre asequibles.
Y me sientes, cuando nadie más contigo,
y te siento, cuando nadie más conmigo.
Porque en las sombras de lo que se supone
el amor nos sabe distinto, el pecado y el vicio;
la distancia es lo que ahora mismo nos une
mientras otras almas se quejan de no estar contigo y conmigo.
Hay amores que siempre serán posibles
sin importar las circunstancias o motivos;
la única crueldad tangible es el aburrimiento en los sentidos
que tanto precisan de recrearse siempre libres.
Lo repito todo el tiempo,
al vacío, a la historia y sus recintos,
tú y yo somos inevitables como el pecado mismo.
Messieral Studio, marzo 2,021
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