Aparecen tus labios-sombra delante de mí,
tu beso es la promesa de vida eterna
que no desaparece ni deja de latir.
Y en tu postura exquisita me atraes hacia ti;
en silencio, eres capaz de toda muerte tierna
donde despedirnos signifique resurgir.
Bailarás desnuda esta noche si llega el fin
o pausarás mi sangre haciendo mía tu condena,
cuando la luna nos vista de obsidiana y alhelí.
Aparecen tus labios-sombra recorriendo parte de mí,
tu sexo es la promesa de vida eterna
que me somete en cada forma de sentir.
—Messieral
MercyVille Crest, 6 de noviembre de 2,024
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