Siempre tuve clara mi razón de ser,
siempre supe para qué merecía la pena
permanecer en un lugar que no entiendo,
que no echaría tanto de menos;
si es que alguna vez tuviese que dejar de verlo.
Siempre tuve claro que mi destino es
más allá del tiempo perdido, más allá de la piel;
no quiero decir que perdí la fe o la esperanza,
es sólo que por primera vez descansan en tierra fértil
y eso es todo lo que me importa saber…
Una vez el sombrero en llamas, nunca más dar marcha atrás,
una vez el micrófono a prueba, nunca más dejar de cantar.
Siempre tuve clara mi forma de arder,
siempre supe para qué merecía la espera
de resistir contracorriente y sin decaimiento,
errar con los planes hechos;
si es que alguna vez me llego a permitir recuerdos.
Siempre tuve claro que mi destino es
más allá del tiempo perdido, más allá de la piel…
—Messieral
MercyVille Crest 4 de diciembre de 2,025




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