Sigues atada a la cama y me sonríes,
eres la inspiración de mis versos,
la presa más bella que conquista a mi corazón.
Te libero con prudencia, te resguardo entre mis brazos
y acaricio con mis labios toda la extensión de tu piel.
Te amo desde la superficie hasta lo más profundo,
desde lo más profundo hasta lo más extraordinario,
desde lo más extraordinario hasta lo más delicado,
desde lo más delicado… hasta morir.
—Messieral
MercyVille Crest, 6 de noviembre de 2,024
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