Messieral
No es el alma quien no extraña, te me hiciste necesaria; ocupemos nuestra historia si es que un día se precisa en las horas excitadas que nos dieron todo y nada.
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Espero que vuelvas conmigo, espero que estés, jugar siempre fue divertido por debajo de tu piel.
Olvídalo todo, desnúdate, te juro que no hay tiempo, no hay tiempo que perder…
Tu contrato temporal jamás te dará el amor que nos tuvimos, lo que fuimos cuando hicimos el amor tan inmenso inmaterial…
Volví a nuestros autores favoritos, a esas canciones nuestras para siempre…
Dónde aguarda la infalible seducción, dónde la caricia de irreversible colisión.
Se escapa la fascinación, son días complicados, ni el alma ni el Hebrón se reescriben sin los daños; y amanezco en confusión.
Volviste a buscarme quedando en evidencia la gran necesidad que tienes de mi seducción.
A lo único a lo que obedecí fue a mi impertinencia, a las rutas clandestinas de todos mis placeres y a mi desobediencia.
Sigo aquí, búscame donde encuentras, sigo aquí, no bastó el cielo entre tus piernas…