Messieral
Si el anillo llega al dedo será por amor y no por conveniencia, por una especie precisa de fascinación.
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Estoy seguro de que esta no es la primera vez que te amo, ni la primera vez que te tengo, ni la primera vez que me quedo.
Cada vez que te hago el amor amanece un deseo pluvial, que nos atrapa en el mejor sabor de la vida y todos sus aciertos…
Ana, vendrás a mi cielo, a mi valentía y a mi riesgo; al primer millón de recuerdos, a mi segunda conquista y a mi fuego.
Cambiar la trayectoria de los días por un domingo contigo, uno que se repita de forma infinita.
Me marcharé, más no por siempre, sabiendo que vivir fue insuficiente y mi retorno consecuente…
Resultó tan mal que no quiero recordar pero no habrá crueldad que me robe el sabor de tu verdad de la memoria en el final.
Siempre fue mi intención alcanzar las estrellas y luego volver a casa.
Lento el roce de mis dedos por el borde de tu ropa interior; la verdad más exclusiva de lo nuestro y el temblor de tu centro de amor.