Soledad, caída atemporal de una lágrima,
necesidad, toda la transitoria calamidad…
Y tú…
Vas con el viento sin mirarme más.
Y yo…
Aún con ganas de huir de tu mano princesa de cristal.
Soledad, cada átomo herido de una lágrima,
complicidad, con todo el silencio que hay que soportar…
Y tú…
Vas como el viento sin mirarme más.
Y yo…
Aún con ganas de poder escapar…
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Ciudad de Guatemala 28 de marzo de 2,017