Poema de Paz Sobre el Carbón

El pequeño astrónomo no tiene
edad ni sustantivos para callar,
vive en un día sin nombre y ve
que la guerra no empezó en el mar.

Tras esos ocho vientres que parieron
la destrucción y el veneno, quedan
rasgos de un planeta en erosión
que rescató la lágrima de fuego.

El pequeño astrónomo escribió
un poema de paz sobre el carbón
y dio a su pluma un ion multicolor…

©MESSIERAL | Poesía | Sonetos
Ciudad de Guatemala 17/07/2016


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El Jardín al que Juramos Todo Amor

Con el rojo del semáforo
se detuvo el viento y su adrenalina,
ahí estabas tú, me fue difícil reconocer
a la diosa que recordaba, ahora con ropa encima,
con los colores de la ciudad y restos de aquel encanto.

Tus uñas no iban pintadas esta vez,
de aquel escarlata que nunca olvidé,
pero la sonrisa era más amplia, más fresca,
como alma renacida de manzana
y quise recordar el aroma aquel que me idiotizaba
pero fue imposible entre tanta nueva sensatez,
entre tanta gente, entre tantas calles sin ayer.

No estuve dispuesto a perderme tu mirada,
esta vez no quise poner en tus manos más flores,
si acaso las semillas, para que veas un jardín crecer,
porque aunque el tiempo pasó llevándose todo lo que tuvimos,
aún te conserva aquel resplandor de excelsos sonidos
y sé perfectamente bien que me rendiría a tu amor
si no lo hubiese perdido entre tanta batalla, entre tanto colchón.

Pero quizás pueda ser tu semilla
y tú los climas para verme crecer,
para hacer latir de nuevo mi motor,
lleno de aquellos engranajes necios,
de aquel cielo de estrellas en fuego rojo
y las constelaciones de incordias desde otra canción.

Quizás veamos juntos resurgir el jardín,
al que juramos todo amor…

©MESSIERAL | Poesía
Ciudad de Guatemala 15/07/2016

Al Cantar del Resto de los Inviernos

Recién llegado del fuego original me vio diciembre,
en un acto de ternura, magia intacta en los silencios,
devoción a la palabra y ocho gramos de dulzura
acordonando la escena del más bello de todos los inviernos.

Calló el muro y su arrogancia disparatada,
cayó el muro y con él cada vieja desesperanza.

Correrían todos los ríos en dirección al mismo sur,
pero hay lugares tan secretos que cambian de dirección
cuando un paso oxidado restablece su andar consolidado,
porque fui creciendo, soñando menos dormido que despierto,
abriendo el alma y los antojos a tantos amores buenos.

Es indudable el error humano, la soledad de tardes blancas,
el encanto de verbena, cuando te sientes inmortal con seiscientos
dólares cada mes entre las manos, justo antes de perderlo todo,
y gritará un nuevo silencio cuando lo material se aleje demostrando
que lo más importante no se compra con papel impreso, ni con oro fatuo.

Yo le besé las manos a una diosa que no existe, le juré promesas crueles,
me llené el alma del antojo del idiota compromiso de crecer
y perdí mucho tiempo antes de encontrarme, antes de volver.

Más no está por mal perdido el tiempo en el que aprendes
a amar de frente, a mirar los ojos de quien lo merece,
a palpitar sólo por lo que sientes, sólo por lo que quieres.

Me está gustando tanto vivir el día a día sin finales,
reinventar caminos olvidados que eran los verdaderos,
agendarme a diario una cita clandestina con la belleza de mis antiguas amantes
y saborear lo hermoso de la vida, de mi corazón sus manantiales,
poniendo fin a la dictadura obsoleta y tangencial de la tontería
que gritaba en mi cabeza, a favor de pensamientos mentirosamente anacronistas.

Y volarán libres al cantar del resto de los inviernos,
los versos que de mis puños arrancaron mis sangrientos
instantes solitarios, en los que me hice grande sintiendo,
volarán a infinitos kilómetros del césped los recuerdos
que anidados en mis secretos hoy me abrazan boquiabiertos.

©MESSIERAL | Poesía
Ciudad de Guatemala 11/07/2016

A tus Pasos sus Comparsas

Fuego subrayado en el nido del corazón,
la tristeza no está diseñada para mí,
un verso graduado en coma cuatro de etanol.

La lluvia no era el llanto de Dios,
ardía en la tierra de la que broté
y por la injusticia de lenguas bífidas
es recurrente afirmar nuestra inocencia,
decir que nuestro miedo no retrocede
pero se percata de las salidas de emergencia.

Y correrán los tigres por el centro de la ciudad
que diseñaron para mí, con terca crueldad,
morderán las pieles póstumas de mis decepciones,
dicen que hay un mundo para artistas y canciones,
dicen que pasa la pasa en sus arrugas arrogante,
yo creo que si me escondo será menos perpleja
tu mirada fija en mi olvido tan distante y diferencial.

Ojala que las penas no muten en más rabia.

-Ojala que no se presente a tus pasos mi venganza.

Tú llora una alabanza tenue y de reconciliación,
que hay palabras que no dicen nada, con razón,
tiembla un poquito si se acerca esa palabra que dice mucho,
que hiere un cielo pero dice la verdad, por favor.

Ojala que las fieras no muten en venganza.

-Ojala que no se presenten a tus pasos sus comparsas.

©MESSIERAL | Poesía
Ciudad de Guatemala 06/07/2016


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De Aquellas Noches de Perseidas

De aquellas noches de perseidas
sólo queda el recuerdo imborrable,
un sollozo agostino de luz
y esas ganas indomables de volver
en el tiempo a la cruel ciudad de la cruz.

Porque las calles empedradas no contaron a nadie nuestro secreto
y nunca se escribió un libro de romance en honor a nuestro encuentro,
no lloró de emoción estrellas, San Lorenzo, de la única emoción
de que eran capaces nuestros besos, cada tarde y ovación.

Ya no bastará esperar a una vida siguiente
para atentar contra la voluntad divina,
quiero tenerte conmigo, que el cosmos sea inminente
y que vuelvas convertida en la Flor de Liz capaz de transformar.

Podrás escapar conmigo en un tren que nos lleve
a las ciudades que bautizamos como nuestras,
a los primeros tímidos besos en aquel —Para Siempre—
que nos abandonó sin cobardía pero con tanta incertidumbre.

Podré pedirte que nunca te alejes,
diré que soy capaz de aceptar tus preceptos
y olvidarme de toda rebeldía que recorre
los rincones inhóspitos de mi sangre,
prometer cantar tus canciones, versar tu amor
como un loco desesperado que sonrió a su tentación.

Podremos volver, empezar de cero como pedías,
como siempre quise, aunque nunca lo afirmé,
ángeles y estrellas, demonios y cometas,
será una fiesta sideral de colores precisos
y será un honor de tu mano conocer los misterios
de las vidas que nacen, lentamente, renovando los cielos.

Pero llueve como fuego desde el cielo hasta mi alma,
llévame al infinito más probable, no te sueltes de mis alas,
porque sólo tú has sabido conservar indelebles mis huellas
sobre tu piel que aún me llama en las noches de perseidas.

—Te he escuchado—.

©MESSIERAL | Poesía
Ciudad de Guatemala 02/07/2016


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Dulce Quimera

Esta mañana alguien muy especial me propuso crear una historia a partir de uno de sus bellos dibujos. Una belleza total. Ella es Ivette Mancilla y ya muchos la han de conocer por su blog Little Moon Lover.
El Resultado fue este:

Los tambores de los rituales humanos habían cesado su ritmo, a penas, restos de una hoguera iluminaban la fría noche, cuando un lobo solitario se acercó a su calor.

El fuego que lentamente reducía su intensidad permitió a la luna somnolienta avistar el andar cadencioso del lobo, abrió su ojo derecho, y desde su fase creciente le vigilaba discreta.

Le veía tan serena y admiraba con dulzura su hermoso pelaje, sus firmes pisadas, su depredadora mirada y llena de secretos.

En ese preciso momento, el lobo comenzó a exclamar su dulce aullido, la nota perfecta, el sublime tesón, las estrellas que rodeaban la luna, una a una, se fueron despertando y sin poder evitarlo descendieron desde el  cielo a contemplarlo más de cerca.

Desde entonces, por la ternura que evoca su aullido, las estrellas, al escucharlo, se convierten en lágrimas de luz que se derraman suavemente sobre los muslos hermosos del planeta tierra… Y es entonces, cuando los milagros acontecen cual dulces quimeras.

MESSIERAL & IVETTE MANCILLA
26/06/2016

 

Así

La historia de estos versos es muy tierna, en el año 2004-2005, me enamoré profundamente de una compañera del colegio y le escribí un libro. Lo nuestro nunca pudo ser, entonces decidí dejar la historia por escrito para mi posteridad. El libro se llamó «Fuego en el Mar al Atardecer» y estos versos hacían de prólogo. 🙂

Así como una lluvia inesperada
en verano,
así como algo que se desea
sin saberlo,
así como un sueño inalcanzable
al fin conquistado,
así como un libro
de pronto escrito,
así como una noche,
con la compañía de la luna,
así como una estrella fugaz
atravesando el cielo oscuro,
así como una verdad irreal,
así, de una forma extraña
y además inesperada
la conocí…

MESSIERAL
Ciudad de Guatemala Junio de 2004 o 2005

Diciendo por Sentir #24: Entregarte el Corazón

Y no me jures que este mundo ya no tiene salvación, si aún cobija el mismo fuego los rincones de tu voz…

Yo no tengo más esperanza en esta salvación pero vengo aquí a entregarte el corazón.

MESSIERAL
Ciudad de Guatemala 23/06/2016

Duerme Tranquilo el Pequeño Astrónomo

Duerme tranquilo el pequeño astrónomo,
su corazón a la luz de una vela hermosa,
la batalla ha terminado y es hora de ver
con otros ojos el color de piel de su cometa.

El viento se despide de la tripulación,
no hay tanto que decir en el silencio de la nada,
la lluvia se ha detenido y se cura la tristeza
con algunos besos de nubes que ahora le acompañan.

El amor ya no se considera un síndrome fatal,
se rumora en las estrellas que es capaz de sanar,
que los horizontes de color naranja también lo anunciarán,
con la venida de una sexta estación aún desconocida,
y yo quiero creerle a la voz de esas estrellas…

Caída libre de ascuas rumbo a la tierra,
caída libre y dos esferas en el cielo,
será que la vía láctea está perdiendo fuerza
o es sólo el inicio de algún canto nuevo.

Duerme tranquilo el pequeño astrónomo,
el fuego del universo se ha reunido
en el suspiro secreto que escapa de sus labios
y el dolor ya se ha ido…

MESSIERAL
Ciudad de Guatemala 20/06/2016

Como el Fuego al Cometa

Baila despacio corazón en llamas,
lujuria se esconde de tus palmas,
hay un sólo tacto para cada flor,
un sólo verso para cada amor.

Pero Lucifer no sabía del amor,
concedía deseos a cada flor
y en la desilusión de los llantos,
yo, me he quedado a soñar con tu voz.

Dueles como el fuego al cometa,
envenenas la pluma y acera
por las que sangra, sin ti, tu poeta.

MESSIERAL
Ciudad de Guatemala 20/06/2016