Por un millardo de seres
cuántos inviernos pagó el dolor,
será una angustia recurrente
la que desarma el universo o soy yo…
Canción del metro,
aliento hermoso
de la misma resignación;
calles de dudas,
ruinas que estudias
para poder olvidarlas.
Es así, como la jornada
se lanza del puente
más alto de toda la sabana;
es así, como la tristeza
se va por añadidura
dibujando sobre tu cara.
Sigue los pasos
de un mal conocido,
olvida el rastro
del bien que es lo mismo;
si este universo no funciona
descubriremos más en otras zonas;
habrá que mudar nuestra esperanza
a una zona habitable de centro desconocido,
habrá que mudar nuestra humana inconstancia
a ese nuevo horizonte llamado Trappist-1.
Duérmete pequeño,
la pesadilla es tan sólo el comienzo,
será un hecho que invadiremos
las nuevas tierras al terminar con el hogar nuestro;
despiértate guerrero,
el sueño de pastillas es un mal consejero,
el cambio empieza en tus pasos,
en tus manos y en todo cuanto aún es bello…
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Ciudad de Guatemala 22 de febrero de 2,017