Como jugando a odiarte
te veo a distancia y desprecio,
de todos, el momento primero,
el instante preciso de encontrarte.
—Y juego, y que bonitos se ven tantos meteoritos cayendo sobre tu pelo…
Porque la pena no se cura con venganza,
en realidad se precisa de una receta mucho más compleja
y es el amor el ingrediente que dentro de la taza
no aparece, no está aquí, no vendrá a robarnos la esperanza.
—Y juegan, y danzan desordenadas, a mi lado, las mandrágoras imitándote las lágrimas…
Porque lloras y vaya que lloras al recordarme,
cuando piensas tanto que mejoré para conquistarte,
tanto que me extrañas, tanto que te duele este desastre,
es simple y sencillo cosechar lo que durante tanto tiempo tú sembraste.
—Y juego, y que bonitos se ven de gris todos los espejos rotos frente a ti…
Es un juego, no tengas tanto miedo, no te va lo de temblar,
solamente entre mis brazos pero eso ya no sucederá,
el amor ya no está aquí, ya no vendrá y no le dolerá,
está descansando tan tranquilo en la piel de los que ahora reirán.
—Y juego, y hierve el agua rancio que te va marcando las mejillas con su paso…
Es un juego y no una historia que preparaste para mí,
y juego, y que bonitos se ven tantos meteoritos cayendo sobre ti…
©MESSIERAL | messieral.com
Ciudad de Guatemala 26 de noviembre de 2,016