Tintes Rojos

Después de estas cuatro estaciones
sobreviviendo sin ella cerca,
me limito a dar explicaciones acordadas,
a la prensa qué le importan las historias verdaderas,
a la gente de ornamenta qué le importan aquellas horas
en las que nos besamos, en las que no dejamos
un sólo espacio de piel sin armonizar…

Nuestro secreto aún vive en paz entre mis labios,
sé que aquel lunar visible en tu espalda
no podrá olvidar la angustia de vivir vacío,
sin mi beso seductor que tanto prometía,
sin mi beso suficiente capaz de sanar heridas.

Junio tiene tintes rojos por la sangre de unos cuantos
soles tristes, que se agotan cada lunes sin nosotros…

Me recordarás en el tacto de las ascuas que resoplan en el viento,
te recordaré en el tacto de las flores carnívoras, por su dialecto,
y nos volveremos a cruzar bajo la sombra de aquel árbol
que varias veces protegió los besos, dentro de aquel automóvil blanco.

La mejor bebida sin duda la he saboreado en tus labios
y aunque el tiempo trajo labios con tallos equivocados,
te confieso que el sabor exclusivo de tu amor no he olvidado.

Y es que junio tiene tintes rojos, por la sangre de unos cuantos
soles tristes que se embriagan, bajo la lluvia, pero sin nosotros…

MESSIERAL
Ciudad de Guatemala 02/06/2016

El Sonido Ártico de Moscú

Moscú, te juro,
no tiene el mismo sonido ártico
desde que te fuiste, no hay enigma,
tu llanto en la plaza de tu nueva ciudad,
es sólo un pretexto para no helarte al punto
de caer en mil pedazos deshecha de golpe…

Tú sabes los moldes que allí dejaste
y el porvenir rebosante de emblemas,
tú sabes los rotos que le has hecho a mi duda,
el manto de desgracia con que has cubierto mis ojos
y lo peor de todo es que te da igual, y vas paso a paso
deshojando la añadidura que la creación postergó en tu sangre,
no hay alma en este contraste, no estamos, ya no somos
y no fue el frío, ni las perfectas noches, fue tu voz…

Yo volví a mi continente, protegido por un contingente de lágrimas
que me aleja de toda humanidad, esta carta es para tu frío, para tu hielo,
para tu tacto que todo vuelve oro blanco, para tu tacto sin valor de enredo.

Lo único que me satisface es recordar aquel rinconcito de Moscú
en el que te hice el amor, tan apasionadamente, como una hoja
que vuelve del suelo a su rama,
tan fervientemente como un muerto
que vuelve del sueño eterno, a su cama…

© Copyright – Messieral | Luis Eduardo – Poesía
Ciudad de Guatemala 11/04/2016

Muchas gracias por tus ojos y por estar,
para leer más de mis poemas visita mi sección: Poesía

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