Después de estas cuatro estaciones
sobreviviendo sin ella cerca,
me limito a dar explicaciones acordadas,
a la prensa qué le importan las historias verdaderas,
a la gente de ornamenta qué le importan aquellas horas
en las que nos besamos, en las que no dejamos
un sólo espacio de piel sin armonizar…
Nuestro secreto aún vive en paz entre mis labios,
sé que aquel lunar visible en tu espalda
no podrá olvidar la angustia de vivir vacío,
sin mi beso seductor que tanto prometía,
sin mi beso suficiente capaz de sanar heridas.
Junio tiene tintes rojos por la sangre de unos cuantos
soles tristes, que se agotan cada lunes sin nosotros…
Me recordarás en el tacto de las ascuas que resoplan en el viento,
te recordaré en el tacto de las flores carnívoras, por su dialecto,
y nos volveremos a cruzar bajo la sombra de aquel árbol
que varias veces protegió los besos, dentro de aquel automóvil blanco.
La mejor bebida sin duda la he saboreado en tus labios
y aunque el tiempo trajo labios con tallos equivocados,
te confieso que el sabor exclusivo de tu amor no he olvidado.
Y es que junio tiene tintes rojos, por la sangre de unos cuantos
soles tristes que se embriagan, bajo la lluvia, pero sin nosotros…
MESSIERAL
Ciudad de Guatemala 02/06/2016