En este acto sumario
de respirar de tu sed;
este verso, un momento
y cada aroma de epopeya sagrada
al ritmo de mi adormidera esmeralda.
Mimosa púdica, bastón de pergamino,
ritual de espadas, bálsamo regional,
sol iracundo de un blanco perenne,
alma del verbo silente al amar.
De enero hacia abril, veneno negro,
milagro precioso de tu calabozo
para escapar en tu desnudez
de un nuevo pecado sin cometer;
y la excitación más allá de la muerte,
claro de luna, noche en septiembre,
grupo de mansiones celestiales,
fuerza sostenida por la gravedad,
grito o recuerdo de grado imperial.
Llévame de viaje, juega con cada instante,
canta ese llanto bonito que llena los mares;
no dejes sin tu bondad a mis desiertos
porque mientras dure, lo que dure, es sincero
el abrazo próximo de mi lengua a tus destellos.
Como una especie de insatisfacción resignada,
así te veo crecer a la sombra de ese manantial,
en el que yo guardaría mis mejores años y mis batallas
tan sólo por una vez más, de cerca, poderte observar.
Mimosa sensitiva, mapa de Orión como espinas,
tardes de un día sin tantos colores, mes a crayón y tus flores
como parte de la sublime emancipación de mis comuniones…
Somos tú,
fuimos yo
y en un próximo acto
tendremos que decirnos adiós…
Duermevela, se duerme el dolor…
©MESSIERAL | messieral.com
Ciudad de Guatemala 8 de enero de 2,017
Siempre contenta de leerte, eres un joven talentoso. Saludes.
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Muchas gracias.
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Una preciosidad tu poema, lo dices todo
tan bonito que es imposible no fascinarse,
con tu Poetica mi amigo.
te dejo besitos
Siby
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Muchas gracias por tu apoyo siempre. Besos.
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