Cuando hablo de ti
y todas las galaxias
comulgan de mi brevedad,
tiendo a dejar de latir
y a flotar por las venas
de tu más exclusivo confín.
Y todos saben de ti,
también todas ellas,
saben que aprendí a latir
cuando conocí tus maneras;
que jamás quise huir
de tu voraz verbena.
Cuando hablo de ti
y todas las galaxias
pronuncian la eternidad,
tiendo a dejar de latir
y a flotar por las colmenas
de tu más exclusivo carmín…
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Ciudad de Guatemala 17 de julio de 2,018