Olvidé cada detalle de esa despedida,
supuse que el futuro brillaría mejor así.
Olvidé las caricias finales de mis manos sobre tu cuerpo,
la forma en que vestías y hasta tu última lágrima cautiva.
Olvidé, no sé si ese fue mi más monstruoso error,
quedarme con el aroma de tus besos en mi habitación.
No sé cuándo fue, no sé bien lo que ocurrió
y, por más que intento, no sé ni quién fui yo.
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