Cuando apareces siempre es tarde, siempre estás de más;
ya la vida ha transportado mis momentos a un mejor lugar.
Cuando vuelves siempre el arte, ese que jamás comprenderás,
conserva fija mi mirada en su frágil y demente posibilidad…
Cuando apareces siempre es tarde, siempre vivo un poco más;
ya la rutina he cambiado, y me ha cambiado, no te sé memorizar.
Que nos confronte la boca que en mi noche ancestral
me ha salvado la vida, me ha sanado al final
mientras tú solías, categóricamente, dedicarte a no estar.
Nueva Guatemala de la Asunción 1 de octubre de 2,020
MESSIERAL