Nací para estar
permanentemente enamorado,
para conseguir besar
la mayoría de labios femeninos a mi paso.
Para seducir y amar
cada luminoso rastro,
para lentamente desnudar
con mi voz sus miedos más sensatos.
Y cada día sin besar,
sin amor o sin sexo
es un día en el que ya no quiero estar…
Si en tu noche de bodas fatal
primó tu sentimiento insatisfecho,
ojalá que la luna de miel la vivas
cada noche conmigo y sobre mi pecho.
Ojalá admitas que la libertad
la aprendiste aquí en mi cuerpo.
Y cada día sin besar,
sin amor o sin sexo
es un día en el que ya no sé para qué estar.
Si en nuestra noche frenar
la pasión de mi intenso sexo,
por temor o inexperiencia
te sirve para un siguiente momento,
tranquila,
aquí te espero…
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