Gritabas con tus ojos húmedos
la insatisfacción de este fruto;
el lapislázuli sangraba paciente.
La canción consecuente
no entiende de estos lutos,
algún día contarás otros números.
Gritabas con tus ojos húmedos
la tristeza de lo absoluto;
fuimos constantes pero nunca creyentes.
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