El día de mi funeral: Adagio en Sol Menor de Albioni y de postre algunos versos de Mallarmé; sin dejar que mis antiguas amantes conversen entre sí y se enteren, de tan extraña manera, cual de ellas es a quien más amé…
El día de mi funeral: que no se perjure con que he sido algo que nunca quise ser…
Ojalá mi alma pudiera descansar en tu boca y alimentarse del placentero acento de tu piel, ojalá fueras un poco menos perfecta, ojalá haberte conocido hace más de ciento veinte lunas llenas.
Ojalá mi mal pudiera llegar a sanar entre tus cosas y someterse a las lecciones bondadosas de tu ser; ojalá fueras un poco menos placentera, ojalá haberte conocido hace más de ciento veinte lunas nuevas.
Ojalá tu rubia estirpe y tu mágica luz en vela, ojalá tu distancia y tu olvidada nochebuena; ojalá mi canto y tu estrella, ojalá tú yo a pocos metros de la espera…
Pasa un siglo, un minuto, un volcán, pasa la vida o pasa algo más, nada es lo que parece, algo ha rasgado el percal; noches de júbilo exceso, empresa tan superficial.
Pasa un siglo, un minuto, un sultán, pasa la herida o pasa algo más, todo es lo que parece, aires de superioridad; nos gobierna una sombra de muerte y poca temeridad.
Pasa un siglo, un minuto, un volcán, pasa la vida o pasa algo más, nada es lo que parece, avanza indestructible la crueldad; noches de júbilo exceso, empresa diezmal…