Hablaré de mi día ideal artísticamente hablando porque hay ciertos asuntos de un día ideal para mí que no creo conveniente abordar directamente en el blog.

Despertar temprano y antes del desayuno haber leído al menos quince minutos y escuchar una canción nueva, la que se me cruce.

Luego del desayuno grabar unos cuantos poemas o algunas ideas de canciones, algunas pequeñas ideas.

Normalmente suelo dejar programado todo lo que publicaré en mi blog desde una noche anterior, justo antes de irme a dormir; dejo encargado a mis poemas y pensamientos hacer su magia por mí al día siguiente.

El resto del día trabajo en mis asuntos y proyectos, edito música, escritos y videos que pronto iré desvelando en mis redes sociales y también por este medio.

Adoro salir a caminar, hacer cosas que me alejen de lo ordinario, que no me permitan aburrirme; porque para una persona como yo estar aburrido es muy peligroso, además de detestable.

No concibo un día sin crear, pasé casi cinco meses devastado en una cama con el sistema nervioso hecho polvo, así que no estoy para perder el tiempo. Más bien estoy aprendiendo a gestionar mis ideas y proyectos de forma adecuada para no saturarme.