Messieral
Fueron años duros, fronterizos, los mejores amanecen conmigo esta misma mañana… Porque, en principio y al final, todo pasa.
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Me entregaré a tu amor, afinado y sin rencor, con el olvido a secas y seco de otros besos el honor.
Rodea mi cuerpo con tus piernas, dentro de ti sí que estaré mejor; no entiendo este mundo ni sus penas, lo que necesito son tus besos y tu amor.
La hora más solitaria ocurre cuando duermes por siempre tan hermosa, con la estrella fugaz que nos recorre debajo de la piel y te vuelve luminosa.
Mis manos en tus caderas, sabes bien lo que comienza al amar, el viento salvando el prontuario que descubrí en tu inexperta locura pasional.
…Y mi sexo en tu sexo como el vino en la copa de cristal al comienzo, y mi amor en el tuyo como el fuego al centro del infierno…
Las alturas me abrieron sus brazos, la bendición es tu voz y mi faro, nada exijo del mundo de humanos, nada quiero, todo está en mi mano.
Me siento en casa, he vuelto al hogar, mientras organizo mi alma, día tras día, te voy a esperar.
No necesariamente estamos en el lugar en el que debiéramos estar; pero ya que estamos, no perdamos un solo minuto más…
Te llevo conmigo y en el arte que mis manos tibias resguarden siempre estará muy presente tu improvisado canto y tu querer…