Qué más da el dolor, siempre podría soportar un poco más, desvaríos febriles, ardor bajo la piel, perder el sentido y el honor, poder ni siquiera caminar; no va a intimidarme mucho más lo que no consiga romper mi fe.
Soledad, Honey, así es como se siente, así de frustrante y rinconera es la tristeza con rabia; así los imprevistos, así el sonido estridente de los autobuses que conducen directo hacia la muerte.