Se te olvidó decir
que escondiste tras la lluvia tu color,
que hubo un río con mi nombre
que te llenaba los días de ilusión.
Ya desbordado hiciste charcos
con los restos de mi alma,
con mis huesos escondite
de tus engaños tan perennes,
tu veneno fue mi vicio maldito
y cada noche la mejor para morir.
Me excitabas con tu cuerpo de guitarra,
con tu intimidad me presumías
que la vida no es más que posturitas,
lo que más me gustaba era tu voz
cuando me mentías con tanta verdad
haciéndome creer afortunado
y tan lleno de sublime paz, pero no.
Todo lo tiraste al suelo,
los muros de mi tranquilidad
resbalaron por tus pechos,
de algunos otros precipicios bellos
y hoy yacen en tu piso todos ellos.
Y ya es tarde, el fantasma se desvanece,
el fantasma de la casa grande
que te quedó tan grande,
te recuerdo que no sólo de sol vive la tarde.
Se te olvidó admitir que estabas triste,
que había una lágrima ambulante en tu mejilla
y resbalaban pesadillas por tu fina cara,
tan barata, tan soberbia y tan extraña.
Me llamabas e implorabas una nueva oportunidad,
pero no cariño, basta una sola de vez del huracán,
las ciudades del mundo podrán tenerte compasión
pero yo ya no, perdóname, pero yo ya no…
Se me olvidó pedirte que no vuelvas,
pero si escuchas el lamento de una guitarra andaluz
por el camino y el recuerdo de baldosas rumbo al sur,
empujarás cada paso al mejor de los olvidos, lo sabrás,
y harás el favor de ya nunca regresar.
Porque es un aeropuerto de tristezas
mi pecho sin tus locuras de saeta,
una jauría de lobos al acecho el divorcio
de tu cuerpo y tu recuerdo, que yo guardo,
de tu cuerpo y tu recuerdo, que yo muerdo.
Me sabe a desgracia aquel amor que jurabas,
las horas en que sumergidos en tu cama
nos amamos como cirios infinitos de esperanza,
con tantos movimientos planetarios
y de balas de cañón, por si un día se te ocurre presumir
quiero que sepas que si eso te hizo feliz, a mí no…
Ahora es muy tarde, el fantasma se desaparece,
el fantasma de la casa grande, de allá enfrente,
que te quedó tan grande,
te recuerdo que no sólo de amor vive el desastre.
Luis Eduardo (Messieral)
Ciudad de Guatemala 25/04/2016