Ese momento que yo no recuerdo,
ese instante sin nombre y sin colores,
tarde de miércoles ideal para el verso,
un solitario serial en busca de amantes.
Porque la soledad no es vicio disfrutable
y aunque fuiste lo más cierto, lo más grande,
ordené un desastre para dos sin consultarte,
ya sé que del carbón nacen hermosos diamantes,
ya sé que tras la tormenta embellecen las flores
pero en el ángulo espontaneo, de lágrima y mirada,
yo ya no encuentro en qué carril poner la cara.
Y no recuerdo ese momento, pero sí el dolor,
ese instante suicida por vocación, sin sabor,
una caída mortal tras un salto a lo tonto
y que embarguen las lágrimas de mis ojos, a favor,
porque el viento sopla al norte sin anteojos.
La desilusión no es comestible disfrutable
y aunque fuiste lo más bello, fiel destello,
ordené un desastre para dos sin avisarte,
y ya sé que del carbón inmóvil nacen vacíos,
que tras la tormenta se desbordan los ríos
pero en el ángulo inverso de amor y recuerdo
yo todavía espero que me contemples como a tu desastre secreto.
Y no recuerdo el momento, no recuerdo el instante,
sólo recuerdo el frío que detuvo el tiempo y los mares,
el desastre natural que por esas fechas me hizo un guiño,
que me llenó de tristeza y tanto dolor sin su hechizo.
Yo no recuerdo el último momento en que te amé,
ni el primer instante en que ya no te adoré,
sólo recuerdo el huracán indomable en que viré
al otro lado del camino y me equivoqué…
Luis Eduardo (Messieral)
Ciudad de Guatemala 18/05/2016
Yo también lo pienso y lo decreto eres grande y me dejaste sin aliento
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Oye, que linda. Muchas gracias por tu apoyo y por estar.
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Siempre apoyando , además solo digo la verdad , sino mejor ni opinaba … Tienes madera comienza tu libro .., por ejemplo yo,para la poesía cero me cuesta y lo tuyo es nato
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Suena a sinceridad. Admiro los versos cuando transmiten verdad, aunque sea parcial, relativa, aunque sea un poquito… una gota de agua llama más agua.
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Y como humanos no lograr entender con exactitud, el último momento en que se amó.
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Cuando dejas que la soberbia habite en tu cuerpo, en ese preciso instante está tu último momento. Sigue escribiendo bonito, un día mi hijo tendrá el gusto de leer tu libro.
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