Volvería a la solemnidad de tu gloriosa sonrisa silente, que esboza el vertical milagro tras el que solía siempre desaparecer; nación subterfugio, ave rapaz.
Será otra vez de madrugada y escucharemos el latir de los océanos, detendremos el tiempo y nos quedaremos a vivir en su grandeza, que es tan efímera, como una primera vez que se desaprovecha.
Me esperarás en el verano de tu sonrisa sabiendo que no soy libre por serlo de más, me esperarás en el verano de tu sonrisa y me pedirás que guarde silencio, me escucharás.
Cuando te desnudo los arreboles más hermosos iluminan nuestra habitación, estás hecha de tantos sueños que tuve, envuelto en una corriente de exquisito frío, cuando la vida sabía a la más pura ilusión.