Hasta el último momento
se guardó la esperanza
en una parte del cuerpo
que nadie nunca notaba;
esperó y esperaba
que se lo trajera el viento;
pero hay zonas en las que el tiempo
ya no mece a la confianza…
Y un día una pequeña lágrima
le acarició con furia el sexo,
algo muy dentro lastimaba,
algo muy fuera era silencio.
Hasta el último comienzo
se guardo la última llama
en una parte del cuerpo
que nadie nunca sanaba…
Blog Oficial de Messieral
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