Desnuda espera por mí, encendida de amor y deseo como cada vez que la vi.
La vida ya nos hizo el daño necesario para que aprendiéramos a no dejarnos ir,
a no perdernos por vivir; nuestro sueño es un día a día en el que crear un único sentir.
Desnuda espera por mí, invadida de amor y deseo como cada vez que la mordí.
La vida ya nos hizo el daño necesario para que aprendiéramos a no dejarnos ir.
Todos los planes cercanos y lejanos tienen incluída una fuerza motriz que nos aleja del dolor más febril.
—Messieral