He despertado
y aquella intempestiva marea guardaba silencio,
se había apagado su fuerza, se había apagado su latir.
Me sentí libre y vi desnuda a mi amada,
abrazada a mi cuerpo, palpitando como el cielo
cuando perdura la albura de su hermoso porvenir.
Me sentí libre y quise sonreír a la alborada,
situando mi beso en los labios de este sueño
que ahora tiene un lienzo en el que voy a escribir.
Nuestra historia yo la voy a escribir.
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