Tengo el derecho de quererte porque quiero,
de que me busques de madrugada cuando el frío
o cuando la pesadilla pueda, por fin, contigo.
Tengo el derecho de tenerte porque te prefiero
por sobre todas aquellas emociones que me dijeron
que podría llegar a sentir estando vivo…
Tengo el derecho de quererte porque puedo
emocionar tu alma y tu cuerpo con el mínimo delirio;
con el mínimo verso escrito sobre tu intimidad que es mi papiro…
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