Sólo el veneno me cura tu ausencia,
sólo el veneno y la indecencia
de atreverme a respirar sin las suficientes fuerzas;
nada extirpa de mi conciencia
toda esta tristeza de la confidencia
de saber que te perdía hace ya varias lunas enteras.
Sólo el veneno me cura tu ausencia,
sólo el veneno y la insolencia
de aún encomendarte a la Virgen de Fátima;
a sabiendas de que me encomiendas
a todos los dioses de tu costumbre diáspora,
sólo el veneno y las más puras tormentas.
Sólo el veneno me cura tu ausencia,
sólo el veneno y la indecencia
de extrañarte delante de cualquiera…
Blog Oficial de Messieral
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