Renunciar un día entero
a todo lo establecido,
a todo lo que es tan aburrido;
renunciar y que vuelvas conmigo,
que desnuda me muestres el camino
por el que valdría la pena hacer distinto
todo aquello que creí haber elegido.
Renunciar un día entero
a todo lo consumido,
a todo lo que no me hace sentir vivo;
renunciar y elegir lo que está prohibido,
flotar sobre las nubes si te arranco todo abrigo,
la última vez fui tan feliz debajo de tu vestido.
Renunciar un año entero
a todo lo establecido,
quedarme entre tu cuerpo delicado y fino;
renunciar y que vuelvas conmigo,
jamás me interesó sentirme tan aburrido
pero siempre me gustó el amor antojadizo
si es que se trataba de vivirlo contigo.
—M.