Decir te amo entonces,
y en resumidas cuentas,
es un derroche de obviedad,
de redundancia sin apartar mi mirada.
Decir te amo y la sangre al fuego,
lo que la muerte al placer del ébano;
como un cometa clandestino
que penetra la piel de quien ama,
en el idioma maldito y mezquino
de la ilusión que no existe, que amarga,
cuando el terciopelo del cielo desnuda un cuerpo
que no se parece al preciado anhelo a pliegos…
©MESSIERAL | messieral.com
Ciudad de Guatemala 18 de diciembre de 2,016
Maravillosa inspiracion, mi amigo, con esa
sutil sensualidad, que fascina.
te dejo besitos
Siby
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