Se sonreía como tú,
tan enigmática, tan linda,
con su mirada tan esquiva;
y el aliento de cereza, por instantes,
sin la delicadeza que pone la sal a los mares.
Se sonreía como tú
y su corazón era como el fuego,
por lo que puede llegar a causar
a una piel expuesta a su calor intenso,
más no por la salvación en días de invierno.
Lloraba como tú, mirando a los ojos,
con bajos instintos de días no fecundos;
se desnudaba como tú, con el alma distraída
y la dulzura inexacta de un asesinato sin armas parecidas.
Se sonreía como tú, no sabía besar sin morder el corazón
y sus colmillos tan afilados sabían encantar a los caídos… De frente a su canción…
Se sonreía como tú,
mostrando bífida su lengua,
con besos de manzana envenenada
y vestidita con aquel mágico tul.
Se sonreía como tú,
la bestia, detrás de mi pared…
©MESSIERAL | messieral.com
Ciudad de Guatemala 7 de diciembre 2,016