Presión asfixiando la sangre
y los días más felices,
martirio innecesario y responsable
de tan crudos matices.
Sin ganas de amar
y sin ganas de amarte
la vida tiene sentido también;
sin ganas de estar
y sin ganas de verte
tiene sentido, para mí, la noche de ayer,
aunque mi paz sea prisionera
de todas esas cosas que de mí esperas
y que no están más, que he dejado atrás.
No soy ni tuyo, ni del viento,
ni por siempre, ni por un momento,
deja que habite tranquilo mi silencio
sin prometer nada que ya no quiero.
¿Por qué invades los territorios que conquisto
si no te he cedido ninguna clase de permiso?
Tienes las ideas tan equivocadas,
de prometer no voy a prometerte nada,
porque una vez, no sé si lo olvidaste, intenté
amarte con tantas ganas que no reparé
en tus malas intenciones, en tus juegos tan vulgares
con los que acabaste perdiéndote y perdiéndome a la vez.
No soy tuyo, tampoco del cielo,
ni por ahora, ni por el resto de la historia;
deja que habite tranquilo cada verso
sin esperar nada que ya no espero…
Martirio innecesario y asfixiante,
parte del mismo éter que envenena mi sangre;
días felices interrumpidos por la presión cambiante
del humor de la vida en su injusta tarde…
©MESSIERAL | messieral.com
Ciudad de Guatemala 2 de febrero de 2,017