Uno Mismo

Era una mañana como cualquier otra
pero con la mirada más abstracta,
allí te encontré rodeando mi espacio
con el leve silbido de tu espera.

Me esperabas de una vida anterior
y yo no supe responder otra cosa que sí,
a la intención pletórica de tu voz.

Me enredaste la vida con los pormenores
de tu piel y el eclipse de luna en tus ojos,
me tildaste de platónico por lo inalcanzable,
sin darte cuenta de que me tenías atrapado.

Intenté besarte los labios y fue imposible,
imposible besarte los labios, toda tú eres alma,
y quise quedarme a vivir en tus hombros
pero me deslicé despacio a tus pechos,
que hoy me abrigan como hojas a su otoño.

Me esperabas de una vida anterior
y yo no supe decir no a la costumbre
de fascinarme por lo extraordinario,
por lo increíble e inconsumible.

Te esperaba de cuatro calles atrás,
de cuatro historias de amor en las que no estuviste,
te esperaba de seis lunas atrás
en las que siempre bordear tu silueta quise…

De vidas anteriores, de calles adyacentes,
de vientres de ocasión y bulevares al olvido,
te esperé, me esperabas y ahora somos uno mismo…

Luis Eduardo (Messieral)
Ciudad de Guatemala 31/03/2016

Uno mismo por Messieral

Ecos Artesanos

Me gusta la elegancia que siempre me ha traído abril,
el encaje en sus ligueros y el sabor de sus besos,
tantas ocasiones para sonreír y aquel concierto.

Me asombra el desafío que supone ser uno mismo,
el canto de los niños, sus benditos suspiros,
las mujeres de mi vida y su cariño,
cada manantial de ecos que me abrazan los latidos.

Soy de la piel del viento, del reto de volcán,
soy de la tarde en que te fuiste, en la que decidí no regresar…

No me apetece dar explicaciones,
si no lo hice en veinticinco años
no hay razón para comenzar,
no merezco el daño, ni alucinaciones,
ya fue bastante del anonimato,
ya no hay razón para permanecer intacto.

Soy de la piel de las que me amaron, del silencio de las que me olvidaron,
soy de las manos de mi madre, su dolor, y de las de mi hijo, su creación.

Soy un pedacito de aquel junio, la fortuna de noviembre,
el dueño de mi perecedero y ambulante diciembre.

Soy de las canciones que perdí, mucho más de las que no olvidé,
soy el repertorio del cuello de mi cama, de mil ecos artesanos,
del suicidio de mi guitarra, esta mañana, de sus tesoros abstractos.

Quiero deshacerme del más incómodo de los pasados
y quedarme con lo bello que viví y saboreé,
restaurarme y dedicarme el mejor de mis sonetos,
auxiliarme cuando no quede nada, al menos, por completo.

Quiero ser rasguño en la coraza libertaria,
un alfil determinante en la jugada…

Porque pienso que hay que sacar la basura acumulada,
no importa la cara que esta tenga o si nos seduce a mansalva.

Soy de la piel de las que me amaron, del silencio de las que me olvidaron,
soy de las manos de mi madre, su dolor, y de las de mi hijo, su estación…

 

Messieral
Ciudad de Guatemala 02/04/2016

Ecos Artesanos por Messieral

Calle Esperanza (Otra Piel que Crece Sobre Ti)

Calle Esperanza suele ser mejor
cuando el amor predomina en ti,
cuando el silencio no puede herir
y abrazos restauran un corazón…

Aunque ahora duelan las maneras
que tiene la vida de acariciar
sobre esa llaga luego de sangrar,
sigo creyendo que está bien sanar.

Calle Esperanza quiere resurgir,
llenar de luces la brisa de tu mar
y ser otra piel que crece sobre ti.

©®MESSIERAL | messieral.com
Ciudad de Guatemala 12 de noviembre de 2,017

Origen: Calle Esperanza (Otra Piel que Crece Sobre Ti)

Published On: 12 /11/ 2,016

A las Caricias

Se acostumbra tanto la piel
a las caricias que frecuenta…

Que en términos válidos puedo afirmar,
como quien afirma con noble experiencia,
que la soledad no trae alivio de amar
y tampoco amar debería estar tan mal.

Yo he amado y con cada partícula de amor
construí promesas que nunca mentían;
el problema despertaba sin una buena razón,
pero despertaba y sacudía a las tormentas mismas
con su injusta presencia cuando aparece entre dos.

Nunca supe a dónde van los besos que se olvidan,
los insuperables y los que se han disfrutado tanto,
nunca supe a dónde van las calles o las avenidas
en las que has dejado el corazón sin siquiera notarlo;
es posible que sin pensarlo demasiado
pueda afirmar con toda honestidad
que amar para mí nunca ha sido extraño,
que en realidad nace tan necesario en su modalidad
de viento fresco que acaricia sin mostrar sus manos.

Yo olvidé algunos recuerdos que creí imposibles de olvidar,
yo juré amor eterno a quienes no amo más,
si he sufrido quizás no ha sido demasiado,
si he llorado quizás fue por lo que no pude tener;
y una vez hubo un alma que me hizo eterno,
entre sus manos todo el tiempo fui un hombre bueno;
ahora está más hermosa que nunca y siempre lejos,
porque la historia que escribimos era temporal;
me ocurrió otras veces que sin presentirlo
escribí historias eternas nacidas de un luengo gemido.

No tengo todas las respuestas,
pero si pienso en amor me desconcierta,
he sido tan feliz, he besado tantas lunas nuevas
y aún así en este invierno sigo estando solo,
al centro de una historia que se recupera,
que no sé lo que promete y que a mi alma espera;
y la verdad es que amar no debería estar tan mal,
la aurora quizás debería ser un poco menos boreal
así como el solsticio del romance que recuerdo
que es un momento eterno que perdí  y que aún lamento,
sobre todo en las noches de invierno
cuando no hay versos que me traigan de nuevo sus besos,
ni el tiempo en el que fui tan feliz viviendo entre tantos reinos…

Se acostumbra tanto la piel
a las caricias que frecuenta;
que ya no sé si pertenezco
a mi cuerpo o a varios dedos.

©MESSIERAL | messieral.com
Ciudad de Guatemala 21 de enero de 2,017

A Tus Seres

Comprar el viento
para arremolinar tus velos,
jugar despacito en tu cielo;
así como se embarca el invierno
en el muelle de tus recuerdos.

Yo estoy abrazando a tus seres,
de tu querer, a tan hermosas mieles;
te muerdo la piel que recubre el celeste
que bajo tus huesos tuve que esconder.

Así pasará el espectáculo al comienzo sagrado
de verte a las manos con ojos tan enamorados,
comer de ese néctar, de zingiberáceas, que amolda
tus aromas inmunes a la crueldad del volcán.

Besar, lamer, volver a nacer,
anidar, convencer, degustar
y otra vez comenzar a entender;
al beber, con el único fin angiosperma
de desnudarte de esa vestimenta la piel…

Surcar, impregnar, volver a encender,
caminar, prometer, excitar
y otra vez intentar merecer;
nuestra es, con el único fin gimnosperma
de poder arroparte con esta armadura al morder…

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Ciudad de Guatemala 28 de diciembre de 2,016

Borrasca para un Cuerpo Frío

Un hombre solo recorre tu ciudad,
invita al frío a habitarle la piel,
este diciembre descorazonado
no es el mismo de aquellos años…

Y le acompañan sombras de muerte,
relativas sombras que oscurecen
un trago amargo que ahora devuelve
aquel recuerdo, de los dos silentes,
ante un beso que en sus labios nunca duerme…

Va entonando notas tan tristes,
como la luna entre gélidos adagios,
llueve la noche y escurridiza
ya no regala pétalos de fresca vida,
es, sin embargo, un buen momento
para sentir que vuelves a habitar su canto.

Y llorará, y no en tu nombre,
pero sí que lo hará en el nombre de otro nombre
que pudo ser, pudo durar, pudo encontrar
entre borrascas un lugar seguro
para amar, para endulzar un tenue grito
que desde siempre quiso jurar él mismo.

No habrá final, morirá, renacerá
y siempre serás tú la rosa de su olvido,
que no olvidó y que encontró
aún no marchita en su cuerpo frío…

©MESSIERAL | messieral.com
Ciudad de Guatemala 10 de noviembre de 2,016

Los Puntos Cardinales de tu Carne

Besos de antología y noches sin dormir,
cuentan que en aquel callejón de esmeraldas
se aparece un verso en la falda de una mujer,
como si fuera poco tratar de entender
todas esas estrellas y cada singular silueta
de un poema que no quiso huir…

Hay algunas mareas tan llenas de vida
que resulta imposible no mirar,
en el caso concreto de tu silueta
quiero admitir que me quema
y no hay un mejor paraíso que ese en tu boca,
no hay luz más trascendental que la de cada una de las esporas
que se dispersa después de un roce a tus cometas…

Y esa falda bendita es la que cubre tus piernas,
es la que anuncia la belleza que aún existe,
el furibundo mosaico increíble que excita
la maleza tan brutal e impertinente.

Y ese verso es el mismo enredo promiscuo
al que sometí a la poesía mientras besaba tus piernas,
aunque se olvida el horizonte de sus cuatro sentidos,
yo no me olvido de los puntos cardinales de tu carne
y me arrodillo ante ellos cual si fuesen altares conspicuos de Dios.

Todo desastre anterior era una minucia estaferma…

©MESSIERAL | messieral.com
Ciudad de Guatemala 23/07/2016


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Beso Afín

Te vi salvar mi mundo desnuda
sin ensuciarte ni un poco la piel,
te vi sonreír y jurar en vano que alguna vez
te irías para olvidarte de todo el dolor,
que pudiera causarte amarme sin detener,
todo fuego y arte de nuestro querer.

No hubo calamidad para sacar
de mi piel la colección de caricias
que me empeñaba en no olvidar,
no hubo drama en los besos,
ni historias silentes a rebobinar,
ni reconstrucción de los hechos,
ni palabras de arrepentimiento.

Pero es que tu palabra me sumergía
en un cuento eterno color celestial,
en los corolarios del infinito han olvidado mencionar
que cada paso de tus pies descalzos hace verbo
y quebranta toda lágrima de sufrimiento de la humanidad.

Porque verte andar era flotar en el aura
de un beso dorado nacido del nido del oro,
pasión a borbotones regalaba tu espalda,
será que estos días hermosos los hace tu voz,
será que esas tardes perfectas las hizo tu amor.

Yo quiero mudarme a vivir muy cerca de ti,
para verte caminar desde mi portal como lo hacía de niño,
así como me empecé a enamorar, así como no tuvo fin;
Para invitarte a salir, besarte bajo aquel arce que no olvido,
así como te empecé a enamorar, como aquel primer beso, a nuestros labios, afín.

©MESSIERAL | Poesía
Ciudad de Guatemala 14/07/2016


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Mi Puerto Inicial

Es tan duro volver a escribir tu nombre en papel,
cristalizar cada letra con tinta que hiere su piel
y cada vez que el horizonte deletrea cada nube,
es posible que piense en ti mi buen desastre de octubre.

No es posible olvidar una voz que besa tan bien,
ni esos pechos dulces que encajaban a tono
con la oscuridad necesaria para tu timidez,
lloverán aguas un poco más claras, nueces para mi calabaza,
yo no pienso quitarme del pecho el sabor exquisito de tu mirada.

Es tan duro volver a firmar cartas para ti,
cuando sé que no voy a enviarte una sola,
esperaré intranquilo el instante feliz
en el que vuelva a abrazarme a tu dulce costa.

Pero puede el porte de la luna cantarte
el verso apagado de mi voz que se ha ido a dormir,
los mismos besos de aquella cruel noche,
cometa sanando el dolor celestial,
inocente y bonita, serena y amante,
divinura esmeralda, mi puerto inicial…

©MESSIERAL | Poesía
Ciudad de Guatemala 12/07/2016