Cuando las Luces Se Van a Apagar

Así empiezan las cosas más bellas
a precipitar su huida, cuando no se pueden quedar;
de la misma manera en la que tu lágrima
empieza a nacer en el borde de tu ojo de mar.

Y ya sé que no saber besar,
que tiemblan tus miedos,
que no tienes ganas de amar;
y ya sé que no sabes gritar
que tiemblan tus duelos,
que tienes ganas de soltar.

Pero sueltas la vida
cuando sueltas mi mano
y empiezas un nuevo ciclo lunar;
arrancas las hojas
del mismo otoño cansado
y no hay vocación cuando se pierde el afán.

Así empiezan las cosas más bellas
a precipitar su caída, cuando las luces se van a apagar;
de la misma manera en la que tu cálida lluvia
se hunde en su propio dolor y comienza a sangrar…

©®Messieral | messieral.com
Ciudad de Guatemala 5 de septiembre de 2,017

Las Luces Contigo

La ciudad con sus ojos testigos
del avance prometedor de los seres,
una caricia oportuna y los abrigos
que liberan nuestra piel de los alfileres.

Yo quiero recorrer las ciudades del mundo
si voy tomado firmemente de tus brazos
y encontrar la emoción capaz de agrietar los muros
que nos acorralan con sus colmillos espontáneos.

Yo quiero recorrer las aceras del mundo
si voy recostado entre tus manos
y, tranquila, descansando mi feroz intranquilidad
en el rellano de tu paciente amabilidad.

Ver las luces contigo,
verlas, correr y escapar
contar por el camino
las que, de dos en dos, aparecerán.

Porque es fortuna el par
de almas que no se han rendido
a la vera del camino de su mar;
porque es fortuna la sonrisa
de esperanzas que no han cedido
a la presión de un mundo lleno de maldad.

Luces que brillan de dos en dos,
como tú y como yo,
en un suspiro de colores
que nos promete el mismo amor…

Ver las luces contigo,
verlas, correr y escapar
contar por el camino
las  que, de dos en dos, aparecerán.


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©®MESSIERAL | messieral.com
Ciudad de Guatemala 2 de marzo de 2,017

Minueto

Cuando sonría la mañana
haré pedazos las palabras
y justo sobre la misma cama
en la que disfrute de tu andanza
juraré no amarte tanto en la madrugada.

No volverán a llorar las luces
que desprende tu inocencia,
cuidaré en calma, junto a los cauces,
el momento en que decidas
conservar tus indelebles calles.

Porque la noche es guapa como tú,
pero no tiene el sitio que en tu espalda
adorno con mis besos de esperanza
que devuelven al cielo su color azul.

Cuando sonría la mañana
haré pedazos las caricias,
ingresaré en tu alma
como el sol en su comarca;
y he de habitar por siempre
el minueto de tu enjambre,
como habita un ángel
los mismos huertos
donde el amor florece
como un único consuelo…

©MESSIERAL | messieral.com
Ciudad de Guatemala 1 de febrero de 2,017

Luces Varias

Cuando las luces a tu al rededor
no te dejan distinguir la realidad,
cierra los ojos con tal candor
que al abrirlos no te sorprenda el azar.

Luces varias, reflectores de color,
noches eternas, vicio precioso
con sed de venganza y dolor.

Cuando todo acabe, frente al espejo,
verás a alguien que ya no tiene tu voz;
sueños perpetuos, glorias sin causa,
pérfidas cuerdas de la arrogancia.

Dinero estable, gasto impresionante,
noches de estrellas mortificadas,
delito en el mismo cuerpo celeste,
prostitución de las almas, ruinas preñadas.

Porque aquí no importa lo que pase,
porque aquí todo pasa cuanto olvide
que mi cuerpo ya no es parte de mi alma,
que la vida empieza en el trago y termina en su matanza.

Luces varias, reflectores mortecinos;
no todo es lo que parece, ni lo que parece es,
aquí se enferman los guiños de ojos consumidos
por el descanso de una vida que no saben bien qué es…

©MESSIERAL | messieral.com
Ciudad de Guatemala 31 de enero de 2,017

Nuestro Anochecer

De frente a un poema que nunca acabé,
confieso que fueron tres horas y media
de vivir al calor de las llamas del querer.

La llovizna nunca pudo apagar aquel fuego,
lo hizo la tierra, el planeta tierra y su cielo,
no todo lo que prometí quiso vivir conmigo,
no todo lo que prometí quiso ser concedido.

Ella tenía rosas en los labios, paz en sus cejas,
me miraba de lejos sacando la lengua, su lengua,
provocaba un temblor en mi cuerpo con sabor a tormenta.

Del centro del cielo, una vez, vi caer un ángel despistado,
fue tan despistado que nos presentó, pero algo olvidó,
olvidó enseñarnos a amar, a amarnos y el viento sopló,
sopló tan hiriente que en forma de broma nos llevó
a una cueva sin luces de la que primero escapé yo, luego toda emoción.

Y vino una ola inmensa desde la fría crueldad,
arrastró todo a su paso, se llevó fragancia, poder,
astucia, canción, óleo y el anochecer, nuestro anochecer.

MESSIERAL
Ciudad de Guatemala 09/06/2016

El Tiempo es un Momento (Mientras Vuelves)

Te cambiaría mi destino por dos de aquellas horas en tu auto, hablando de tantas cosas, riendo con la complicidad de aquellos años. Me da tanto gusto saberte hoy día tan feliz, me da tanto gusto saber que a pesar del tiempo no me rompí, salvo al ver la fotografía que guardé de aquel viaje, tú acostada en la cama y yo preguntándome si ese era el paraíso del que tantos hablaban, me quise quedar por siempre allí…

Tú me enseñaste a no dejarte comer sola, a mirarte a los ojos cuando estuviera diciendo la verdad, que a veces no todo podemos tenerlo, al menos no para siempre, que a veces es mejor soltar el pasado y no doler, que a veces nos podemos seguir amando sin estar en la misma ciudad, sin compartir la misma vida, el mismo camino, sin estorbar.

Me enseñaste que tengo dos alas en la espalda, que puedo volar, tan grandes como me de la gana, que no tengo que quedarme si no hace falta, que hasta el último momento que fue sano estuve a tu lado y tú junto a mí, porque nos importaba, porque nos daba la gana, cada minuto, cada hora, cada día, cada semana, cada mes y caminata.

Quizás te parezca mentira, pero tus besos son los más deliciosos que probé en toda mi vida y estoy seguro de que así será siempre, al menos, mientras te vuelvo a besar…

Duermes tan profundo, te he tenido desnuda entre mis manos, sin verte porque apagaste las luces, en ese hotel se quedó la interrogante, los adornos de la pared, la biblia en la mesa y el agua, las caricias y el éxtasis de ambos, la cicatriz en tu espalda y mi sorpresa, la frase que anunciaba que eso no estaba bien y mi derrota, mi pérdida de la razón y mis ganas de obviarlo, la trova en mi cabeza que no se oyó por la tormenta, tan cerca del lago y yo del naufragio esperando con ansias realizar contigo aquel viaje a ninguna parte que planeamos, que nunca existió…

Te extraño tanto y por cada día que no te veo le brota una nueva fisura a mi corazón, el cookie monster ahoga otra galleta en formol y yo sonrío al pensar en aquella canción…

Gracias por todo y ya sabes que espero, que nada me cansa y que el tiempo es sólo un momento. (Mientras Vuelves)

Luis Eduardo (Messieral)
Ciudad de Guatemala 19/04/2016