Me Preguntas Que Por Qué Te Amo

Me preguntas que por qué te amo tanto y yo respondo, sin inhibiciones,
que la razón principal es porque no te pareces a ninguna de las noticias de los diarios,
todas esas sombras y malos presagios desastrosos jamás los he encontrado
en lo posible de tus ojos.

No traes toda esa sangre derramada en vano, ni la tristeza de niños que sufren,
traes un sol y esperanza de un mundo mejor que está a nuestro alcance
y mil sueños por cumplir si me tomo de tus beso firme.

Traes la lluvia a las sequías más severas, la calma a tormentas universales,
eres el refugio de los desterrados y una bandera blanca bidimensional que perdura,
eres el bosque vivo para las aves que aún trinan, el espacio en que no nos derrumbaron,
la fe que no se acaba y una ciudad sin rasgos desempleados.

Eres la oportunidad para el artista, un escenario libre de comercio,
eres los besos igualitarios y el concierto a voluntad de los pequeños,
eres la atención a los versos de poetas fracasados, eres la antesala
de todo lo sagrado y un manto de estrellas no enlatado.

Eres el fin del desprecio, del menosprecio y menoscabo
para con los que piensan y sienten distinto,
eres el final de la indiferencia, de gobiernos que amenazan
con poner precio a nuestro oxígeno.

Eres la sonrisa de los niños, la salvación de personas con casos terminales,
eres mi sueño favorito, en el que crece seguro y sin miedo mi hijo,
eres material que reduce a la nada los misiles y el llanto de civiles
que no tienen nada que ver en los conflictos entre mortales convites.

Me preguntas que por qué te amo y no me atrevo a responder
sin cantarte la igualdad que existe entre tú y la bondad por ley,
me preguntas que por qué te amo y me imagino el universo consumido
si no existiera tu voz y su sonido vivo.

Me preguntas que por qué te amo tanto y yo respondo, sin inhibiciones,
que la razón principal es porque no te pareces a ninguna de las noticias de los diarios,
todas esas injusticias y discriminaciones interraciales, jamás las he encontrado
en lo perfecto de tus vértices dorsales.

Eres la paz del mundo y su verdad,
un desfile de cometas que adornan
ese crepúsculo nupcial que no va a terminar.

Eres el día en el que no vi el noticiero, en el que no abrí el diario,
eres la noche en la que no se contabilizaron matanzas sin sentido,
eres el alimento que quisiera poder dar a los niños desnutridos
y el secreto que ya no guardan las mujeres ofendidas por los siglos de los siglos.

Luis Eduardo (Messieral)
Ciudad de Guatemala 30/03/2016

 

Me preguntas que por qué te amo por Messieral

Ecos Artesanos

Me gusta la elegancia que siempre me ha traído abril,
el encaje en sus ligueros y el sabor de sus besos,
tantas ocasiones para sonreír y aquel concierto.

Me asombra el desafío que supone ser uno mismo,
el canto de los niños, sus benditos suspiros,
las mujeres de mi vida y su cariño,
cada manantial de ecos que me abrazan los latidos.

Soy de la piel del viento, del reto de volcán,
soy de la tarde en que te fuiste, en la que decidí no regresar…

No me apetece dar explicaciones,
si no lo hice en veinticinco años
no hay razón para comenzar,
no merezco el daño, ni alucinaciones,
ya fue bastante del anonimato,
ya no hay razón para permanecer intacto.

Soy de la piel de las que me amaron, del silencio de las que me olvidaron,
soy de las manos de mi madre, su dolor, y de las de mi hijo, su creación.

Soy un pedacito de aquel junio, la fortuna de noviembre,
el dueño de mi perecedero y ambulante diciembre.

Soy de las canciones que perdí, mucho más de las que no olvidé,
soy el repertorio del cuello de mi cama, de mil ecos artesanos,
del suicidio de mi guitarra, esta mañana, de sus tesoros abstractos.

Quiero deshacerme del más incómodo de los pasados
y quedarme con lo bello que viví y saboreé,
restaurarme y dedicarme el mejor de mis sonetos,
auxiliarme cuando no quede nada, al menos, por completo.

Quiero ser rasguño en la coraza libertaria,
un alfil determinante en la jugada…

Porque pienso que hay que sacar la basura acumulada,
no importa la cara que esta tenga o si nos seduce a mansalva.

Soy de la piel de las que me amaron, del silencio de las que me olvidaron,
soy de las manos de mi madre, su dolor, y de las de mi hijo, su estación…

 

Messieral
Ciudad de Guatemala 02/04/2016

Ecos Artesanos por Messieral

Más que un Fin

A todas las mujeres de mi vida
obsequié la sonrisa escondida,
ese instante que prohibido
no se puede mostrar frente a los demás;
ese orgasmo de caricias,
ese beso que nunca olvidarán,
ese instante que renacido
no se puede obsequiar a nadie más…

A todas las mujeres de mi vida
obsequié la lágrima infinita,
ese dolor que no merecido
no se puede mostrar a los demás;
ese injusto adiós de partida,
ese minuto distraído que no memorizarán
ni el amor, ni la abstinencia
que perpetúa un ojalá…

Y sin embargo la más excelsa
es una estrella que en el cielo está,
quizás con el recuerdo de mi amor
o de las veces en que fui un completo tonto;
quizás con el recuerdo de mi mal comportamiento
o el de las veces en que más quise devolverle el aliento.

Y es tan buena que a pesar de mí
supo encontrar la forma de hacerme tanto bien,
de enseñarme que el amor es más que un fin,
que el amor precisa de cuidados y de una cercana fe.

©®Messieral | messieral.com
Ciudad de Guatemala 7 de marzo de 2,018


Si este poema te ha emocionado, puedes completar el sentimiento
con la canción llamada Este Fin de Andrés Lewin.


 

El Desfile

Frente a la hoguera
en que se extinguen
los mejores y los peores
años de mi vida;
espero con impaciencia
el desfile de quienes
en esta vida juraron amarme;
en mi presencia o a escondidas.

Y sólo veo al viento pasar,
no queda nadie a quien amar,
se van diluyendo las noches
en las que junto a ellas hice mía la ciudad;
me alegro y reservo mi energía
para levantarme y caminar.

Caminar, caminar,
de nuevo volver a empezar;
sé que el tiempo no me favorecerá
pero hay recuerdos de labios desiertos
que quisiera volver a besar.

Continuar, continuar,
en el cielo nadie pronunció mi vida,
en la tierra se queda la herida
y yo sólo quiero esa sonrisa
que cada día me ayuda a volar.

Volar, volar,
no ceder a los miedos
ni uno sólo de mis abrazos;
hay mujeres que pidieron cambios
y de ese mal trago no me han dejado ni el vaso…

Frente a la hoguera
en que se extinguen
los mejores y los peores
años de una vida;
espero con importancia
el desfile de quienes
en esta vida juraron olvidarme
y apareces tú tan guapa, tan linda,
con un disfraz de timidez
que me avisa de tu empresa fallida…

Y volver, y alejar,
es nuestro juego bonito
que yo aún no comprendo
pero en silencio te beso a los gritos;
quizás el tiempo nos llene de vicios
con nuestros nombres en ellos escritos;
sin fecha de caducidad
y así atrevernos a mostrar…

©MESSIERAL | messieral.com
Ciudad de Guatemala 14 de enero de 2,017

 

El Vals de las Manzanas Envenenadas

Este vals de besos pequeñitos
y el sonido del suspiro que evocas,
como un astro sumergido en la belleza
de seis lunas iracundas y una estrella a cuenta gotas.

Que se excita de amor la inocencia de Eva,
como un río en su cauce acariciando a su presa,
ahora nos deja observar lo amargo de su pena,
porque están pagando todas sus hijas la condena
a una silueta que exige mansedumbre y les atormenta.

Que no es un souvenir de palma y planta boreal
la razón del irrespeto anidado en la boca del sauce,
es un estambre azotado a mansalva con fuerza
y nos exigen que cerremos la boca, para que sea más fácil,
digerir la saliva injusta de la derrota en su práxis.

Yo te abrazo y bailo contigo en la piel de tu duela,
me abres los ojos y me besas con tu aliento a ciruelas,
me llueves con noches de brisa tranquila y paciencia
aunque nos lleve a contracorriente salvaguardar tu cadencia.

Este vals y revolución de manzanas envenenadas,
este aguantar tanta noche triste y recelo,
al incordiar al sistema de cascabeladas,
para que no funcione su señuelo, para que sepas que nadie es tu dueño…

Luis Eduardo (Messieral)
Ciudad de Guatemala 21/04/2016

«Un, dos, tres… Que las sociedades misóginas deben caer. Un, dos, tres… Que se jodan con sus prejuicios porque no nos vamos a detener.»

Ecos Artesanos

Me gusta la elegancia que siempre me ha traído abril,
el encaje en sus ligueros y el sabor de sus besos,
tantas ocasiones para sonreír y aquel concierto.

Me asombra el desafío que supone ser uno mismo,
el canto de los niños, sus benditos suspiros,
las mujeres de mi vida y su cariño,
cada manantial de ecos que me abrazan los latidos.

Soy de la piel del viento, del reto de volcán,
soy de la tarde en que te fuiste, en la que decidí no regresar…

No me apetece dar explicaciones,
si no lo hice en veinticinco años
no hay razón para comenzar,
no merezco el daño, ni alucinaciones,
ya fue bastante del anonimato,
ya no hay razón para permanecer intacto.

Soy de la piel de las que me amaron, del silencio de las que me olvidaron,
soy de las manos de mi madre, su dolor, y de las de mi hijo, su creación.

Soy un pedacito de aquel junio, la fortuna de noviembre,
el dueño de mi perecedero y ambulante diciembre.

Soy de las canciones que perdí, mucho más de las que no olvidé,
soy el repertorio del cuello de mi cama, de mil ecos artesanos,
del suicidio de mi guitarra, esta mañana, de sus tesoros abstractos.

Quiero deshacerme del más incómodo de los pasados
y quedarme con lo bello que viví y saboreé,
restaurarme y dedicarme el mejor de mis sonetos,
auxiliarme cuando no quede nada, al menos, por completo.

Quiero ser rasguño en la coraza libertaria,
un alfil determinante en la jugada…

Porque pienso que hay que sacar la basura acumulada,
no importa la cara que esta tenga o si nos seduce a mansalva.

Soy de la piel de las que me amaron, del silencio de las que me olvidaron,
soy de las manos de mi madre, su dolor, y de las de mi hijo, su estación…

Luis Eduardo (Messieral)
Ciudad de Guatemala 02/04/2016

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Me preguntas que por qué te amo tanto y yo respondo, sin inhibiciones,
que la razón principal es porque no te pareces a ninguna de las noticias de los diarios,
todas esas sombras y malos presagios desastrosos jamás los he encontrado
en lo posible de tus ojos.

No traes toda esa sangre derramada en vano, ni la tristeza de niños que sufren,
traes un sol y esperanza de un mundo mejor que está a nuestro alcance
y mil sueños por cumplir si me tomo de tus beso firme.

Traes la lluvia a las sequías más severas, la calma a tormentas universales,
eres el refugio de los desterrados y una bandera blanca bidimensional que perdura,
eres el bosque vivo para las aves que aún trinan, el espacio en que no nos derrumbaron,
la fe que no se acaba y una ciudad sin rasgos desempleados.

Eres la oportunidad para el artista, un escenario libre de comercio,
eres los besos igualitarios y el concierto a voluntad de los pequeños,
eres la atención a los versos de poetas fracasados, eres la antesala
de todo lo sagrado y un manto de estrellas no enlatado.

Eres el fin del desprecio, del menosprecio y menoscabo
para con los que piensan y sienten distinto,
eres el final de la indiferencia, de gobiernos que amenazan
con poner precio a nuestro oxígeno.

Eres la sonrisa de los niños, la salvación de personas con casos terminales,
eres mi sueño favorito, en el que crece seguro y sin miedo mi hijo,
eres material que reduce a la nada los misiles y el llanto de civiles
que no tienen nada que ver en los conflictos entre mortales convites.

Me preguntas que por qué te amo y no me atrevo a responder
sin cantarte la igualdad que existe entre tú y la bondad por ley,
me preguntas que por qué te amo y me imagino el universo consumido
si no existiera tu voz y su sonido vivo.

Me preguntas que por qué te amo tanto y yo respondo, sin inhibiciones,
que la razón principal es porque no te pareces a ninguna de las noticias de los diarios,
todas esas injusticias y discriminaciones interraciales, jamás las he encontrado
en lo perfecto de tus vértices dorsales.

Eres la paz del mundo y su verdad,
un desfile de cometas que adornan
ese crepúsculo nupcial que no va a terminar.

Eres el día en el que no vi el noticiero, en el que no abrí el diario,
eres la noche en la que no se contabilizaron matanzas sin sentido,
eres el alimento que quisiera poder dar a los niños desnutridos
y el secreto que ya no guardan las mujeres ofendidas por los siglos de los siglos.

Luis Eduardo (Messieral)
Ciudad de Guatemala 30/03/2016

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