Si se rehúsa la poesía
a acorralarme con su voz,
si es necesaria la ironía
para nunca poder olvidarme de tu olor.
Siempre quedará el recuerdo de lo que aún no soy
para estimular tus lágrimas tiernas,
siempre inundará la ciudad la pasión
que yo siento por tu dulce respuesta.
Porque espero que sigas diciendo sí
cuando el olvido cobre su venganza,
cuando las direcciones y el fin
duden en mi cabeza causando imprudencia.
Si se me niegan los versos
a dibujar tu espalda cerca de mi tacto,
si es necesario que el relato
médico psiquiátrico te explique con los años
que no soy yo quien olvida, que la vida es la que me ha olvidado…
Espero que sigas diciendo sí
a la pregunta diluida entre mis labios,
para seguirte amando sólo a ti
aunque de recuerdos me encuentre tan escaso.
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Ciudad de Guatemala 23 de octubre de 2,017