Alas Rumbo a Cádiz

Esa noche me contaron
que tu voz estaba en Cádiz
y yo con ganas de sacarme
las alas de la espalda [Alas Rumbo a Cádiz]
para llegar a ti y contemplarte,
para escapar un poco del desastre,
que supone el estar vivo y no besarte…

Esa noche hubo bandadas de cometas,
no esperaron tantos siglos, convenía
acercarse a toda prisa a tus delicias,
a lo hermoso de tus notas macro astrales.

Que me perdone la vida por no estar cerca
de tus cuerdas tan sublimes y carnales.

Y yo sigo caminando por la misma acera,
recordando que en el agua se refleja
el recuerdo de un amor que se acrecienta,
como oblivion de tristeza amarillenta.

Y yo regresé llorando a aquella plaza,
a la de aquel primer beso esa mañana,
ya no pisas estos suelos, ni sus ramas,
ya no bebes de este mismo agua…

No me olvido de la noche en tus almohadas,
ni del llanto de la niña que observaba
por la rendija de tu corazón, susurrando en baja voz:
¿Será que aún me amas?

© Copyright – Messieral | Luis Eduardo – Poesía
Ciudad de Guatemala 02/04/2016

La fotografía: Cádiz en la Noche, es propiedad y arte de Rocío Pardos a quien pueden seguir a través de su Blog: FOTOGRAFÍA ROCÍO PH y también pueden seguirla en su Fan Page de Facebook: UN VIAJE DE DIEZ MIL KILÓMETROS EMPIEZA POR UN SOLO PASO

Alas rumbo a Cádiz por Messieral

Messieral Podcast

De Aquellas Noches de Perseidas

De aquellas noches de perseidas
sólo queda el recuerdo imborrable,
un sollozo agostino de luz
y esas ganas indomables de volver
en el tiempo a la cruel ciudad de la cruz.

Porque las calles empedradas no contaron a nadie nuestro secreto
y nunca se escribió un libro de romance en honor a nuestro encuentro,
no lloró de emoción estrellas, San Lorenzo, de la única emoción
de que eran capaces nuestros besos, cada tarde y ovación.

Ya no bastará esperar a una vida siguiente
para atentar contra la voluntad divina,
quiero tenerte conmigo, que el cosmos sea inminente
y que vuelvas convertida en la Flor de Liz capaz de transformar.

Podrás escapar conmigo en un tren que nos lleve
a las ciudades que bautizamos como nuestras,
a los primeros tímidos besos en aquel —Para Siempre—
que nos abandonó sin cobardía pero con tanta incertidumbre.

Podré pedirte que nunca te alejes,
diré que soy capaz de aceptar tus preceptos
y olvidarme de toda rebeldía que recorre
los rincones inhóspitos de mi sangre,
prometer cantar tus canciones, versar tu amor
como un loco desesperado que sonrió a su tentación.

Podremos volver, empezar de cero como pedías,
como siempre quise, aunque nunca lo afirmé,
ángeles y estrellas, demonios y cometas,
será una fiesta sideral de colores precisos
y será un honor de tu mano conocer los misterios
de las vidas que nacen, lentamente, renovando los cielos.

Pero llueve como fuego desde el cielo hasta mi alma,
llévame al infinito más probable, no te sueltes de mis alas,
porque sólo tú has sabido conservar indelebles mis huellas
sobre tu piel que aún me llama en las noches de perseidas.

—Te he escuchado—.

©MESSIERAL | Poesía
Ciudad de Guatemala 02/07/2016


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De Ciento Cincuenta Nopales y Trescientos Boleros Inmersos en Vino

Escribir un poema que hable de vino
derramado en el centro del mar,
de un cometa con destino directo
hacia ningún lugar y, poco a poco, dejar
que sea ese sorbo que una gaviota robó
el que nos salve de la sobriedad, del tacto
del fuego ancestral de estrellas cansadas.

Yo quiero escribir por el resto de mis días
y en mis noches te quiero devorar,
que sean mis caricias toda la poesía
que no te deje dormir y que te haga levitar
por el mundo tranquilo de un nuevo destino
que nada, ni nadie nos pueda quitar…

Quiero escribir el poema más bello del mundo,
grabarlo con tinta en tu espalda, mi amor,
llorar en tu sexo el agua pura de ciento cincuenta nopales,
que las espinas sean sólo aquel mal recuerdo que ya se olvidó.

Yo quiero escribir poesía en tus pies
para que no olvides tu paso en mi piel,
grabarte un camino de rosas doradas
para que no olvides el bronce de cada palabra.
Quiero beberme el alcohol de tu cuello, en tus hombros hablar de silencios,
y quiero llover en tu sexo el agua pura de ciento cincuenta nopales,
que tus cobijas no sean de escarcha, que sean ajuares
de novia bonita que va de mi brazo, cantanto afinada
trescientos boleros inmersos en vino y en cielo de acordes amantes…

Luis Eduardo (Messieral)
Ciudad de Guatemala 05/05/2016

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Nubes de Cometas y de Sal

Las cigarras le cantan a la hermosura
y si existe la hermosura está en tu respiración,
el sol no quiso aportar su calor, incluso hoy nevó,
si no van tus pasos por debajo no hace falta sol.

Duerme bonita y no me olvides, duerme tranquila,
sueña con cada instante de amor entre tú y yo,
con ese abrazo lleno y justo del día de tu graduación,
no le cedas paso a las pesadillas, vístete de un mejor color
y vuelve a despertar cuando estés lista que aquí te espero yo…

Sonríe si me escuchas, dale las señales a quien duda,
dime que el descanso es necesario después de tanto amor
y yo diré que no, pero aún así voy a arroparte, a escribirte otra canción,
la susurraré en tu pecho antes de cerrar mis ojos y decir: Buenas noches mi único amor.

Mañana ya despertaré y tú seguirás dormida, con mi mano peinaré tu vida
para sostenerla y que no mengue ni un rayito de tu crisálida amarilla,
mañana ya me vestiré y tú descansarás, no sentirás el beso suavecito que daré,
inundaré mis ojos con agua de aquel mes, sentado y en silencio aquí yo aguardaré.

Quisiera que escucharas, de mis labios la verdad, eres lo más bonito que pude conquistar,
quisiera que echaran abajo toda la ciudad, que el estruendo fuera tal que pudiera despertar
a mi princesa hermosa que respira despacito, entre nubes de cometas y de sal.

Descansa en ese coma profundo
de toda esta realidad que a mí me mata,
pero no te rindas y despierta esa sonrisa [cuando quieras]
que me llena, que me nutre, que me salva…

© Copyright – Messieral | Luis Eduardo – Poesía
Ciudad de Guatemala 07/04/2016

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Alas Rumbo a Cádiz

Esa noche me contaron
que tu voz estaba en Cádiz
y yo con ganas de sacarme
las alas de la espalda [Alas Rumbo a Cádiz]
para llegar a ti y contemplarte,
para escapar un poco del desastre,
que supone el estar vivo y no besarte…

Esa noche hubo bandadas de cometas,
no esperaron tantos siglos, convenía
acercarse a toda prisa a tus delicias,
a lo hermoso de tus notas macro astrales.

Que me perdone la vida por no estar cerca
de tus cuerdas tan sublimes y carnales.

Y yo sigo caminando por la misma acera,
recordando que en el agua se refleja
el recuerdo de un amor que se acrecienta,
como oblivion de tristeza amarillenta.

Y yo regresé llorando a aquella plaza,
a la de aquel primer beso esa mañana,
ya no pisas estos suelos, ni sus ramas,
ya no bebes de este mismo agua…

No me olvido de la noche en tus almohadas,
ni del llanto de la niña que observaba
por la rendija de tu corazón, susurrando en baja voz:
¿Será que aún me amas?

© Copyright – Messieral | Luis Eduardo – Poesía
Ciudad de Guatemala 02/04/2016

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Besos de Azafrán

Despiertas con una expresión tan bonita,
tu boca risueña me cuenta tranquila tus sueños,
me bañan tus ojos de guapa, suspiro despacio,
es el paraíso verte desperezar tu cama sin ropa.

Me cuentan tus dos almohadas que ahora me extrañas,
que quieres tenerme en tus brazos, que extrañas mis luces,
que es tu deseo más recurrente mi cuerpo, entibiando
el estribo al poema del frío, en tu piel, que es mi parnaso.

Yo recuerdo tus besos de noche, como a nanas de oro,
tus pies delicados, como a bases de un universo
que yo he conquistado imprudente con marea imposible
y un trago de antorchas ardiéndome dentro, cual si fueran cometas.

Despiertas bonita con tu candor de guapa,
esbeltos costados protegen tu cuerpo de ámbar,
te invito a compartir ocho vidas continuas con besos de azafrán
y después de esas ocho, el resto con gustos de exquisitas formas.

Tienes el alma sensual de cristales perfectos,
el tacto incomunicado con la traición de humanos,
te extraña el tintero de mi cuerpo que vierte hacia el tuyo
alba savia de noches cómplices acorralados por buena esperanza.

Luis Eduardo (Messieral)
Ciudad de Guatemala 14/03/2016

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Quinientas Nubes de Luto y Dos de Gris por si las Dudas…
Insomnia